se despiertan, me revelan
dentro de mi neurocielo
un laberinto sin rigor
una copa casi llena
se desinfla y lloriquea
en el medio de la mesa
falso amor, falsa la espera
y el acolchado me tapa hasta la voz
que el plato, que el vaso
que el beso, aquel abrazo
que el sueño, que las sábanas,
que el cuerpo, el alma
es que hoy estoy distinta
ni alevosa, ni implícita
no es sutil lo que te canto
no es de amar, ni es de espanto
ayer solo añoraba
puntapié para el suceso
y hoy estoy hasta los huesos
entre vidrios empañados
y la cornisa me eleva hasta la luz
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